
Toño Salas: Hijo de una dinastía.
“Toño Salas fue uno de los juglares que más despertó la conciencia del parrandero, campesino, intelectual vallenato y del forastero que lo conoció. Fue el mejor improvisador que conocí cuando yo parrandeaba. Mi compadre fue un hombre que se distinguió por su ligereza mental y la estructuración de sus versos”. Cuenta Rafael Escalona en el entierro de su amigo Toño Salas, uno de los juglares más importantes de Colombia.
El pasado 21 de diciembre de 2005, el vallenato perdió a uno de sus mejores exponentes, Toño Salas, un juglar que a punta de acordeón relató musicalmente las historias de su pueblo, alegro a los demás con sus cantos e improvisaciones y fue un gran exponente del son y la puya, junto a su hermano Emiliano Zuleta y su dinastía.
Rafael Antonio Salas Araujo nació el 5 de noviembre de 1926, en El Plan de la Sierra Montaña (Guajira) hijo de Rafael Araujo y Sahara María Salas Baquero, sus padres fueron los responsables de la crianza de diez hijos Emiliano Zuleta Baquero, Andrés Salas, Encarnación Salas, Carlos Jeremías Salas, Mario Camilo Salas, y Toño Salas, Santa Baquero, Rafaela Salas, Matilde Salas y María Salas.
Toño recuerda que aprendió a tocar el acordeón “estando hombre” como el mismo lo cuenta: “porque estando de muchacho hubiera querido hacerlo, pero no se me dio la oportunidad de tener un instrumento propio”, sin embargo, gracias a su hermano Emiliano quien le prestaba su instrumento cuando el se quedaba en su casa dio vida a sus primeras notas musicales y años después obtuvo su propio acordeón que se lo compro a Ciro Ramírez y posteriormente adquirió otro por parte de Simón Salas.
Según cuenta su hermano Carlos, el inicio a tocar el acordeón y cantar sus primeros versos a los 18 años aproximadamente, cuando escuchaba a su hermano Emiliano versear y en base a lo que observaba aprendió empíricamente a desarrollar esta habilidad. En esa misma época conoció a José Bolívar Mattos y Maximiliano Rumbo quienes conocieron su talento y lo llevaban a las parrandas y fiestas del pueblo para amenizarlas.
Gracias a esto Toño fue ganando popularidad y reconocimiento en el pueblo, por lo que muchos afirmaban que era mejor acordeonero y versador que Emiliano, lo que provocó el famoso enfrentamiento entre los dos hermanos y en cual Toño fue el vencedor, sin embargo, años después este reconoce que su hermano era mucho más talentoso que él y que ese día el salió victorioso ya que Emiliano estaba ebrio.
En una de sus parrandas en Cesar, el señor Poncho Cotes Querúz presento a Toño Salas con Leandro Diaz y desde allí se forjo una de las mejores duplas y amistades del vallenato que duro 35 años, con el que semanalmente grabaran canciones nuevas, por ello, Toño en solitario grabo solo cuatro canciones, ya que estaba centrado en su carrera con Leandro Diaz.
En 1969 Diaz y Salas participaron en el “Festival de la Leyenda Vallenata”, sin embargo, fueron superados por Nicolás Elías Mendoza Daza, posteriormente Salas fue rey de la piquería en 1982, y, por último, la Fundación de La Leyenda Vallenata lo condecora como Rey Vitalicio del acordeón en 1999. El maestro Rafael Antonio Salas Araujo falleció en la ciudad de Valledupar, el día 21 de Diciembre de 2005 , curiosamente, 52 días, después de la muerte de su hermano, Emiliano Zuleta Baquero.