Rafael Enrique Daza: El talento de un viejo que arreglaba acordeones.
Colombia es conocido por ser uno de los países más felices del mundo, esto gracias a su diversidad cultural y folclor característico. En Colombia el vallenato es una representación musical de las costumbres de sus habitantes, ya que la música vallenata desde tiempos remotos ha amenizado las fiestas de todo el país, ha contado historias y relatos y ha sido motivo de triunfos y tragedias, el vallenato llena el Alma de todos los colombianos.
Por este motivo es necesario mencionar a Rafael Enrique Daza Iriarte, quien presumía su talento como acordeonero, compositor y cantante interpretando paseos, merengues y sones, además de una puya espectacular conocida como ‘’Viene la vaca’’ o ‘’El torito’’.
Enrique Daza nació en 1910, en el seno de una familia humilde, desde joven se caracterizó por poseer gran pasión hacía el vallenato, las fiestas y el acordeón, por ende, durante la década de los treinta, ya siendo mayor de edad, Daza tomó la difícil decisión de separarse de su tierra natal y expandir sus horizontes terminando en Campo de la cruz (Atlántico), donde descataba su talento musical en ferias y fiestas.
Durante la década de los cuarenta, determinado a no regresar y permanecer en el Atlántico, lograba resaltar sus habilidades entre grandes figuras vallenatas, puesto que era pionero en el arreglo de acordeones y la interpretación de estos.
Aunque Enrique Daza no tenía el don de componer, su hogar siempre estaba lleno de acordes e interpretaciones espectaculares, puesto que, él se encargaba de arreglar el acordeón de reconocidos acordeoneros como Abel Antonio Villa, Alejo Durán y Luis Enrique Martínez. Esto lo afirman Ramoncito Pérez y Juan Martín Tatis, músicos nativos de ese municipio, quienes escuchaban a diario los acordeones perfectamente entonados gracias al trabajo de Enrique Daza.
Además de esto, Enrique Daza fue íntimo amigo de Pablo López, el padre de Miguel López, (mejor conocido como el Rey Vallenato), quien afirma que Enrique Daza iba a visitarlos en repetidas ocasiones, debido a la estrecha relación que conservaba Enrique Daza con su padre Pablo López.
Pero Enrique Daza en su puya, aun inédita, titulada ‘El torito sinuano’ lograba interpretar de manera asombrosa los mugidos de un peligroso vacuno, dejando su huella como gran intérprete de estas puyas, sin embargo, fue Miguel López que ante su admiración por este gran maestro imitaba las ya mencionadas de una manera espectacular, dándole un significado de importancia a estas composiciones.
En la música vallenata Enrique Daza era reconocido como el pionero en el arreglo de acordeones, dejó un aprendizaje incomparable para los demás resaltando la importancia de un excelente acordeón y estableciendo los parámetros exactos para reparar estos delicados instrumentos. Lastimosamente murió en 1963 a sus 53 años de vida.