Pedro Muriel el artista detrás del telón.

Pedro Antonio Muriel González, el hombre que más éxitos tropicales decembrinos ha grabado en Colombia nació en Amagá, le fascinan los fríjoles con chicharrón, trabajó entre 1976 al 2001 en el estudio “Toño Fuentes”, nunca madrugó, toca guacharaca, hace coros, toma aguardiente con limón y sal en copa doble, pero no sabe bailar.

Todos los productores, directores, cantantes y músicos lo buscaban en Discos Fuentes para grabar. Se sentaba en su silla negra de cuero, se cuadraba frente a una consola de 48 canales y movía cada una de las diminutas perillas milimétricamente. Poseedor de un prodigioso oído para detectar la afinación de un músico, el tono de un cantante o un sonido extraño en la cabina.

Hoy ya retirado se goza la música decembrina al lado de los amigos, acompaña a El Combo de las Estrellas, pero sigue siendo el hombre amable, sincero, alegre y que considera que la música tropical no tiene competencia.

“Soy feliz porque alegré a Colombia”.

Aunque parezca increíble, mucha gente cree que Pedro Muriel fue un cantante o un acordeonero del grupo Los Chiches Vallenatos. Esta confusión del famoso “Pedrooo Muriellll, Murieeeeelll”, que es muy frecuente, en especial en seguidores del vallenato en el exterior.

Pedro Antonio Muriel Gonzalez fue desde 1976 hasta el año 2001, el Ingeniero de Grabación en el sello Discos Fuentes, razón por la que bastantes agrupaciones del vallenato enviaban un llamativo saludo (que él mismo luego modificaba con un gran eco) en medio de la grabación de sus éxitos, buscando así la aprobación de Pedro para tener siempre los mejores arreglos musicales en la producción de los discos. Algo similar sucedía con otro ingeniero, Darío Valenzuela ‘El Brujo de la Consola’, solo que con Darío lo hacían los grupos en la disquera Codiscos.

Aunque el saludo a Pedro Muriel lo lanzaron muchos los artistas con quienes trabajo, entre ellos, Los Embajadores Vallenatos, Joe Arroyo, Los Gigantes del Vallenato, Los Tupamaros, Romualdo Brito, Pastor López, Erick Escobar, Luis Mateus, Fabián Corrales, entre otros, fueron los gritos de Amín Martínez con Los Chiches Vallenatos los que más quedaron retumbando en la memoria de los seguidores del folclor, creyendo así mucha gente con el tiempo, que Muriel era el cantante o el acordeonero, inclusive, en Youtube o en discos que se venden en la calle, aparecen en los títulos ‘Pedro Muriel y Los Chiches Vallenatos’.

Su carrera permitió que trabajara con grandes músicos entre ellos, el señor, Joe Arroyo con quien realizo temas como: En «Barranquilla me quedo», «Centurión de la Noche», «A mi Dios todo le debo», «Pal bailador», «Te quiero más», «La rebelión», «La Noche», «Tal para cual», «Mary», «Tania», «Echao  pal ante» y decenas más. Sin embargo durante la producción de las mismas realizaban una maqueta musical la noche anterior para grabar en la mañana siguiente.

Tambien acompaño a los Embajadores del Vallenato y exitos como: «El Santo Cachón», «El Aventurero», «¿Dónde estarás?»  y «Tomando y tomando» fueron muy populares tanto en Colombia como en Uruguay.

Sin duda un gran acompañante musical, un artista detrás del telón, un musico detras del pentagrama, un gran amigo, musico, padre e ingeniero.

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