La leyenda del diablo del vallenato: Luis Pitre.
Un olor intenso a vallenato con una combinación perfecta de esos paisajes que se tornan de un color cálido y brisa árida característico de la Guajira, nos recuerda a ese juglar que en muchas canciones lo nombran, famoso, un apellido extraño, pero con mucha historia, si, un registro intenso e interesante en la música vallenata.
Luis Pitre un juglar en el olvido, fue un acordeonero, cantante y compositor guajiro que al igual que muchos de sus colegas vivió una vida con bastantes necesidades económicas, sus padres, quienes fueron los responsables de su crianza intentaban siempre brindarle lo mejor, pero claramente, muchas veces esto no era posible, lo que llevo a Pitre a trabajar en las haciendas vecinas desde muy pequeño.
Luis Pitre con mucho orgullo y picardía en su rostro, reafirmo su fama en el Magdalena Grande, su habilidad para interpretar el acordeón y la caja llamo la atención de los habitantes del pueblo quienes no dudaban en invitarlo a las parradas y fiestas que terminaban hasta el amanecer. Uno de los hijos del juglar, afirma que su padre interpretaba únicamente puya y merengue debido a que eran los únicos aires tocados en la época.
El gran talento y reconocimiento que tenía Luis Pitre generó cierta rivalidad entre algunos de sus colegas y era constantemente retado por los mismos en duelos vallenatos; una de sus desafíos más importantes fue contra Roque Pinto, fallecido en Fonseca (Guajira) en 1920, el cual es considerado como el primer juglar vallenato, se dice que ellos dos se enfrentaron en un duelo de voces alternantes improvisando cantos y rimas que dejo como ganador a Pinto, sin embargo, dicha contienda dejo para Luis Pitre el apodo del “Diablo del vallenato o del acordeón” por su rapidez, habilidad y tes.
Son muy escasos los testimonios que dan fe de la presencia de este artista del vallenato primitivo, y por ende, no hay tanta información sobre este acordeonero, sin embargo, es la tradición oral heredada en sus letras la que calca la admiración del pueblo hacia este acordeonero.
No se tendría registro de la existencia del juglar, de no ser por compositores como el desaparecido Carlos Huertas que en su canción “El cantor de Fonseca”, revive a los acordeoneros que ante sus ojos interpretaron el instrumento alemán: “Yo vi tocar a Santander Martínez, a Bolañito, a Francisco el Hombre, A Lole Brito, al señor Luis Pitre, las acordeones de más renombre”, nuevamente lo menciona en su tema “Tierra de Cantores” y “El recuerdo de Luis Pitre”.
Incluso, Pitre resucita en los versos de protesta de la controversial composición de Luis Mendoza “Festival Vallenato” de 1971, creada para hacer reflexionar a los organizadores del Festival de La Leyenda Vallenata. Allí, los versos de Mendoza constatan la existencia del juglar “Bastante lamentable, que en este festival no se oiga mencionar el nombre de Luis Pitre. Si con Francisco el Hombre, vinieron a formar sentir del acordeón, la historia así lo dice”.
El vallenato sigue siendo una fuente de información veraz , al documentar en la tradición oral, la remembranza de compositores e intérpretes que hicieron historia aunque mucha de esta no sea conocida.