
Escalona, el poeta del folclor vallenato.
Cuando se habla de música en Colombia, es inevitable no relacionar al género del vallenato, ya que este ha dejado una huella gigante en nuestra cultura a lo largo del tiempo. Gran parte de esta historia empezó en Valledupar un 26 de mayo de 1927, con el nacimiento del Maestro Rafael Escalona, aquel que también fue conocido por ser el cofundador del Festival de la Leyenda Vallenata y hombre detrás de grandes clásicos del vallenato como “Jaime Molina” o “La Casa en el Aire”.
Siendo el séptimo de nueve hermanos, Rafael Escalona Martinez sería el más apegado a la música de todos estos, ejemplo de ello, fue su primera composición de canto vallenato a la edad de tan solo 15 años en febrero de 1943, lo que significó el inicio de una prolífica carrera musical, en la que retrató aspectos de su vida tanto su paso por su educación primaria y el dia a dia en Valledupar como se ve en la canciones de “El Hombre del Liceo”, “El bachiller” o “El Testamento”.
Era habitual encontrarse a Escalona siendo parte de parrandas vallenatas en su natal Valledupar, aunque este no se haya caracterizado por participar en conjuntos vallenatos, era constante notar su presencia ya sea tocando algún instrumento o cantando, puesto que su talento mayormente se encontraba en crear y componer letras que interpretará en colaboración con otros músicos de aquel entonces.
Entre sus letras de aquella época hacía referencias a una vida en la que fusionó su trayectoria musical con algunos negocios agrícolas que tenía en el Cesar, la evocación de diferentes aspectos de su vida aún se pueden encontrar a lo largo del repertorio musical que fue creando desde sus inicios.
A mediado del siglo XX el vallenato iba poco a poco diversificándose como todo un movimiento musical y cultural que iba impactando la música a nivel nacional con sus singulares características que simbolizaban la Costa Caribe, llegando a uno de los puntos más altos con la creación del primer Festival de la Leyenda Vallenata, de la mano de Rafael Escalona, que estaba haciendo poco a poco reconocido en la escena musical vallenata de esa época.
En 1954 una disquera de nombre “Discos tropical” se había interesado por grabar la musica que ofrecía Escalona, dando asi título a lo que sería su primer álbum musical y más conocido hasta la fecha “Los Cantos vallenatos de Escalona” que incluía “La casa en el aire”, “La patillalera”, “La brasilera”, “La resentida” y otros 14 cantos del compositor de Patillal. Ese disco marcó un antes y un después en la música del maestro y fue un éxito en ventas, gracias a este éxito abrumador lo hizo relacionarse con otras figuras importantes de la escena vallenata del momento como Armando Zabaleta.
Después de este acontecimiento que despegó la carrera musical de Escalona a nivel nacional, comenzó a entablar buenas relaciones con todos los presidentes del país, a tal punto que llegó a componer canciones para ellos, debido a que llegó a forjar una sólida amistad con uno que otro presidente, un ejemplo de ello, lo podemos encontrar en “López es el pollo”, dedicado a su amigo de toda la vida, Alfonso López Michelsen, “El General”, a Gustavo Rojas Pinilla, y “El godo decente”, a Belisario Betancur.
Ya en la década de los noventas, los aspectos biográficos del artista fueron plasmados en una telenovela que volvió a traer el gusto y la euforia por Escalona en todo el país, sumado a el hecho de que Carlos Vives interpretó sus más grandes éxitos musicales y su biografia, lo que tambien ayudo a aumentar la fama del samario.
La influencia que dejó Escalona para la música colombiana, sobre todo en el vallenato, significó un aporte fundamental para la realización y composición de letras que rompieron barreras de la industria musical, junto, con sus contemporáneos en la identidad del vallenato para la costa atlántica desde inicios de los cincuenta.